Los bebés perciben el estado de ánimo de sus padres. Recomendamos que tanto los padres como los bebés, estén en un ambiente tranquilo previo a la realización de las pruebas.
Los bebés también lloran fácilmente al ser separados de sus familiares, se aconseja la presencia de uno de ellos durante la toma de muestra, para brindarles apoyo y seguridad a través del contacto físico. Una vez que el procedimiento ha concluido, es bueno cargarlo y abrazarlo, dándole el consuelo que necesite.
Los niños deben estar preparados por sus familiares previamente para este proceso, explicándoles que es lo que le van a hacer.
Algunos tips para prepararlos:
- Explicarle en forma clara y sencilla por qué va al laboratorio, que es para su salud.
- No asustarlo.
- Mostrarle en qué parte de su cuerpo se hará la prueba y en qué consiste.
- Nunca mentirle acerca del dolor. Describir el dolor como una pequeña picadura o leve pinchazo, de corta duración y que puede dolerle por un instante. Pero siempre decirle la verdad.
- Los padres no deben mostrar lástima hacia el niño, pues en ningún momento este debe percibir la situación como un castigo o maltrato.
Llegado el momento de su turno, algo muy común es que dependiendo la edad, durante la toma de muestra el niño sea retenido en alguna posición, para asegurar el éxito del procedimiento, colabore en este momento con la persona que está realizando la extracción.
Fundamental es mantener la calma y transmitirles a los pequeños confianza durante el procedimiento.
Una vez finalizada la prueba se le debe consolar y cambiar el tema al niño, animándole a pensar en los planes que tiene por delante.